sábado, 21 de diciembre de 2013

Alemania a cualquier precio

Irse a Alemania está de moda. Trabajo, buen sueldo y preciosos mercadillos navideños. ¡Cómo mola! Pero, lo siento, para ver bonitas estampas de nieve, lucecitas y árboles decorados tendrás que cambiar de página —no te costará encontrar una de esas—. Ese no es mi estilo, así que voy a hablar de algo mucho menos festivo y glamuroso. Se trata de una oferta que he visto últimamente para unas prácticas remuneradas en Alemania.


La susodicha oferta se dirige a personas entre 18 y 29 años que tengan la ESO como mínimo, aunque aceptan gente con Bachillerato, FP y hasta universitarios. No se requieren conocimientos previos de alemán. Los seleccionados recibirán un curso de alemán básico (3 meses) en una ciudad española, donde deberán correr con los gastos de alojamiento, y luego otro (2 meses) ya en Alemania, este con alojamiento a cargo de la empresa. La duración de las prácticas se estima entre 2 y 3 años, en los que la remuneración será de unos 800€ brutos al mes. Finalizadas las prácticas, el candidato podría incorporarse a la empresa percibiendo unos 26.000€ brutos al año.

Bien. Hasta aquí los datos objetivos. Ahora mi punto de vista personal:

Sin conocimientos previos, el curso básico de alemán te servirá para dar los buenos días y la hora a duras penas. Poco más. Durante los 3 meses de curso en España, a no ser que tengas la suerte de vivir en la ciudad donde se imparte, empiezas a soltar pasta, porque tienes que mudarte por tu cuenta. Para el curso en Alemania no pagas alojamiento, pero esos 2 meses serán escasos para encontrar un lugar digno donde vivir después, el cual ya tendrás que pagar de tu bolsillo. Con un sueldo de 800€ brutos (unos 600€ netos) te podrás permitir una habitación y vas que ardes. Pero te recuerdo que aún tienes que comer. Como no tengas más dinero que el de estas prácticas, vas a comer muy, pero que muy mal. Y ya no hablo de divertirse ni nada por el estilo… Ah, y tampoco olvides que seguirás sin tener ni idea de alemán, o sea que tu vida se parecerá en muchos momentos a una pesadilla.

Por fin, si aguantas esos 2-3 años sin desquiciarte ni morir de inanición, existe la posibilidad —no la garantía— de que pases a estar en plantilla, con un sueldo de 26.000€ brutos anuales. Suponiendo 12 pagas y sin entrar al detalle de tus circunstancias personales, eso son del orden de 1400-1600€ limpios al mes. Esto, comparado con España, puede parecer una cifra interesante, y no digo yo que sea para despreciarla —sobre todo cuando no se tiene nada—, pero con esa cantidad aquí no irás sobrado precisamente. Por ejemplo, solo el alquiler de un piso normalito puede llevarse prácticamente la mitad de ese sueldo.

En definitiva, no niego que ofertas de este tipo pueden suponer una ocasión para alguien que no la tiene en España, pero hago este análisis para mostrar que hay que pensarlo muy bien. No es tan sencillo como agarrar la maleta y largarse. Analiza todos los detalles detenidamente antes de dar el paso. Ya he dado mis motivos por los que creo que emigrar no es la solución. Si aún así tienes claro que es eso lo que quieres, te garantizo que no va a ser fácil, así que dos recomendaciones: 1ª) nunca bajes los brazos ante las dificultades ni dejes de pelear; 2ª) trabaja, trabaja, trabaja duro cada día hagas lo que hagas.

domingo, 15 de diciembre de 2013

En Alemania no se habla alemán

He alertado ya en más de una ocasión (como aquí o aquí) de la importancia capital que tiene el idioma en esto de emigrar. En la actualidad, son muchos los que pasan por alto este aspecto y se vienen para Alemania "a ver qué pasa", cosa que desaconsejo una vez más. Otros, por su parte, tratan de aprender algo de alemán antes de lanzarse. Pero, si eres de estos últimos, tengo malas noticias para ti: no te encontrarás muchas personas que hablen el alemán de los libros —especialmente si te instalas en el sur—.





Suele decirse que el área de Hannover es prácticamente el único reducto donde se habla "limpiamente". En las demás regiones, el alemán estándar se ve normalmente relegado por los dialectos propios de cada una, encontrándose incluso múltiples variantes dentro de un mismo estado. Este mapa refleja el complejo panorama.

La consecuencia de tal batiburrillo es que un extranjero puede volverse loco. Ya es bastante enrevesado este idioma como para encima tener que lidiar con dialectos imposibles. Es evidente que todas las lenguas tienen sus peculiaridades regionales, pero lo que ocurre aquí trae de cabeza al más pintado. Si bien dentro de España encontramos acentos muy distintos, todos usamos básicamente las mismas palabras. La diferencia entre un aragonés y un canario, por ejemplo, radica fundamentalmente en la particular pronunciación y entonación de cada uno, y no tanto en el léxico empleado. Aquí, sin embargo, hay dialectos que han distorsionado tanto el lenguaje que han dado lugar a un vocabulario muy singular. Gente de zonas distintas tiene problemas para entenderse si cada uno habla "a su manera", y es ahí cuando no les queda más remedio que recurrir al alemán estándar. Ahora, dentro de su propia zona dialectal, aparcan el habla "académica".

No soy filólogo ni nada por el estilo —si hay alguno en la sala, que me corrija—, pero tengo una opinión personal al respecto. Creo que esto puede deberse a la ausencia de un estatus de lengua oficial de los distintos dialectos. Pienso que si estuvieran normativizados quizá el entorno lingüístico resultaría menos confuso. En España tenemos tres idiomas cooficiales que se usan en sus correspondientes regiones, pero el castellano es nuestra lengua común y es relativamente uniforme en todo el territorio. Incluso el español americano, con un océano y miles de kilómetros por medio, me parece menos distante —con sus evidentes diferencias y particularidadesdel español europeo de lo que son algunos dialectos alemanes entre sí, separados por unos pocos cientos de kilómetros.

En fin, para los curiosos dejo este enlace. Se trata de un mapa interactivo en el que os podéis entretener con ejemplos de los peculiares dialectos y su comparación con el alemán estándar.